Ahora recuerdo por qué Gideon jamás dejó que me involucrara en la política, no se a dónde mirar, a la familia Cold, a la princesa Susana, a los Landevon que me están dedicando mucha atención o a Nicolás. – Vaya, adoro su acento, conozco muchos extranjeros que hablan lemor como si cantaran, usted parece un nativo – dice Gideon con una gran sonrisa. – Majestad – nos interrumpe la princesa Susana, por protocolo debería esperar a que la conversación terminara – este es un interesante cambio a las viejas costumbres, en un par de años no podré reconocer el castillo. El barón Legrand mueve los labios para transmitir un mensaje en velid y decirle a Nicolás que no debe involucrarse con esa mujer. – Todo cambia, princesa – anuncia Gideon. – No todos los cambios son para bien – dice la princesa