Las familias nobles estaban bajo resguardo en mansiones protegidas, pero los comerciantes y plebeyos que vivían en la ciudad no tenían armas. Una mujer corrió hacia la calle con su hija en brazos después de que una gárgola destrozó el techo de su casa y en el camino un diablo se aferró a la sábana con la que cubría a su hija y luchó por arrebatársela, la mujer gritó hasta desgarrarse la garganta sin conseguir recuperarla y sus brazos se sintieron fríos cuando perdió el agarre de su hija y la vio alejarse en el aire en las garras del monstruo. Una flecha cortó una de las alas del diablo frenando su vuelo y al bajar lo suficiente una mujer lo atacó saltando desde el techo de una mansión y enterrando su espada sobre su abdomen, el diablo soltó un alarido y dejó caer la sábana. La pequeña g