– Te amo. No quiero llorar, sí una sola lágrima deja mis ojos parecerá que no he cambiado, los siglos que pasé en Verium, los meses en el inframundo, sí acepto sus palabras como ciertas será como si todo ese sufrimiento no existiera. – Iris. Este momento fue más sencillo en mi imaginación, fue porque no lo estaba mirando a los ojos y no me preparé para el tono lastimoso de su voz o el ridículo número de veces que ha dicho mi nombre, no lo entiendo, le pregunté muchas veces sí me quería y él fue muy claro al responder que no, me confesé, lo dije muy claramente y él me dijo que se casaría, ¡a qué viene ese supuesto amor que dice tenerme! ¡Ah! Esa…, acaba de ser una corriente de aire muy fría, cuando busqué una salida olvidé las bajas temperaturas, ¡está helando!, tengo que salir de aquí