– ¡Aquí está! – anunció Sarah al regresar y puso la cuchara en su lugar con mucho cuidado. Continuaron a la habitación, Celestina dejó la bandeja con los platillos mientras que Sarah colocó los vasos y la jarra. – Hay mucho ruido afuera – musitó Nicolás. Celestina le ordenó a Sarah que se marchara, sirvió el jugo y caminó hacia la cama – hubo una fuerte tormenta, la diosa de la primavera ordenó que todas sus esculturas fueran destruidas, el rey ya dio un comunicado, no hay de qué preocuparse, alteza, ¡le traje la comida! Nicolás alzó la vista. – Tiene que alimentarse, la princesa Carolina preparó una fiesta de bienvenida y sí las ordenes de la diosa de la primavera son ciertas, nos esperan tiempos difíciles, debe beber. – ¡Debo hacerlo! – enfatizó y fijó la vista sobre la mujer que e