Antonio ordenó lo de siempre, leyó las noticias en su celular y al mirar alrededor vio que el resto de los clientes hacían lo mismo, cuando niño, veía a su padre leer el periódico durante el café matutino y después a todos los clientes sosteniendo las hojas, siempre pensó que crecería para hacer lo mismo. En esos días, ¿se seguían imprimiendo periódicos? – Aquí tiene su café. – Un descafeinado – dijo una mujer y se sentó en la misma mesa que Antonio – vengo con él – agregó. Antonio frunció el ceño – señorita, se equivocó de mesa, yo… – la miró fijamente y reconoció a Anabel. – Ni lo pienses – dijo ella – mi socio está en el estacionamiento grabando tu rostro con una costosa cámara telescópica, tus trucos de hipnosis no funcionarán esta vez – puso la grabadora sobre la mesa para docume

