El capitán Leblanc volvió a su oficina y escuchó la alarma, a su alrededor los otros demonólogos también se sorprendieron y miraron alrededor, no había humo ni señales de amenaza, pero el protocolo dictaba que evacuaran. – Verifiquen quién la activó – pidió el capitán y su secretaria fue al teléfono para consultar con la recepción. En la planta baja la recepcionista estaba igual de confundida, miro a las personas y se levantó para anunciar – por favor, diríjanse a la salida, el turno cerrará por ahora, se les atenderá en cuando se evalúe el problema – insistió y al escuchar las quejas, empujó a las personas que esperaba en la sala de espera – diríjanse a la salida, gracias. Harret se levantó, guardó su celular dentro de la mochila, pasó por las puertas corredizas y bajó los escalones, a

