Después del desayuno Lilith condujo de regreso al hotel Damira, lo que fue muy irresponsable sí lo pensaba detenidamente, porque condujo pendiente de los semáforos y sentidos de las calles, y se olvidó por completo que había un grupo de magos desconocidos buscando a Percival. Respiró profundamente, dejó su coche en el estacionamiento y subió a su habitación. Estuvo ahí la noche anterior, se bañó, se cambió de ropa, incluso conectó la secadora y pasó un largo tiempo poniéndose las medias, pero a su regreso, sintió que algo le hacía falta. Pero no tenía tiempo para descubrirlo, cerca de las doce, tomó su bolso y se dirigió a la oficina del dueño del hotel Damira. La recibieron de inmediato. La habitación tenía un decorado similar a los salones del hotel, con plantas artificiales, una sal