“Llamaste a Deimos, ¿en qué puedo ayudarte?” Aquella primera frase, llegó en el peor momento de su vida. Incluso años después, Lilith estaba segura de una cosa, esa noche la cambió para siempre, y al hacer la llamada, no era la administradora de una tienda ni la chica amable que acababa de graduarse, sino una persona frustrada, enojada, con deseos de culpar a quien fuera, no importaba sí se trataba del empleado del equipo de soporte de una tienda, ella quería sacar su frustración. “Púdrete en el infierno” Así terminó la primera llamada, y no tenía razones para creer que volvería a ver a esa persona, pero, extrañamente, una hora después alguien tocó en la entrada de su tienda. “Hola, trabajo en el departamento de soporte de la tienda Deimos, esta es mi identificación” – Me llamo Perci