Joseph estaba de pie, sobre un campo cubierto con nieve, tenía solo catorce años y los adultos a su alrededor lo empujaban, era una visión muy deprimente vista desde fuera y le trajo cierta nostalgia, sin embargo, después de ocupar más de cuarenta cuerpos, de pasar por numerosas vidas y esperar dentro de una vasija, hasta que el barco fuera encontrado. La nostalgia, era basura. – Es un intento deprimente, aún para ti – dijo mirando a Harret. – Sí yo fuera tú, estaría más preocupado por otra cosa – señaló – por ejemplo, ¿cómo hice para llegar aquí? – sonrió Harret y su cuerpo se convirtió en el de un gigante. En su espacio mental, Joseph fue aplastado por una gran avalancha, en el exterior, sus manos presionaron la prótesis de su ojo para intentar arrancarla y la electricidad se lo impid