La alarma de Percival sonó, faltaban cuarenta minutos para la cena y de acuerdo a su celular el restaurante quedaba a un cuarto de hora, eso lo dejaba con poco tiempo para despertar, darse una ducha rápida y cambiarse. Eligió una camisa blanca y una chaqueta, dentro de uno de los bolsillos guardó la caja con el brazalete y el collar, después de pensarlo un poco la devolvió a su lugar, tomó las llaves de la habitación, salió al pasillo, volvió a abrir, tomó la caja y la guardó en el bolsillo de su chaqueta, después salió de la habitación. En la entrada del hotel el taxi lo estaba esperando, dio la dirección y sacó su celular para enviarle un mensaje a Lilith – voy en camino. Era el primer mensaje en una aplicación de chat que sí guardaba el historial y que permitía imágenes, llamadas o r