—Bien. ¿Qué me dices? —estoy sentada en la isla de la cocina en la casa de mis padres y miro la reacción de papá ante las palabras de Caleb. Oculto una sonrisa de orgullo al ver como explico detalladamente un plan de negocios.
Cuando Caleb me platico que había diseñado una buena propuesta de inversión para que mi padre multiplicara el dinero que le habían dado como indemnización me sorprendió. Pero, sobre todo. Me sentí agradecida de que se tomara el tiempo para pensar en mi familia.
—Contenedores de granja? —repite la idea en la que Caleb cree, y sería un estupendo negocio para invertir.
—Los contenedores marítimos son utilizados para construir vivienda hoy día. Sin embargo, esta empresa los rescataría para la agricultura—continúa explicando a papá —estas granjas sin suelo son sostenib
