Filipa ya estaba sentada en la mesa del lujoso restaurante de Madrid, cuando Lara llegó, casi corriendo, pues se había demorado por las dudas de Raúl y de Lucas. LARA – ¡¡Filipa!! ¿Cómo estás? Disculpa la demora, es que los chicos me han demorado con una tarea que les puse. (Dijo sonrojada mientras saludaba a su amiga) Filipa – Tranquila, no pasa nada. ¡Recién llego! Las chicas almorzaron y la pasaron muy bien. Hablaron de muchas cosas, de cómo la portuguesa había conocido a Calvin y de lo mucho que se querían. Lara le contó de sus confusiones, aunque no dio nombres. No por confianza sino porque había varias orejas escuchando las conversaciones. También le contó a Filipa de su misterioso amor secreto… Filipa – ¡Dios, no puedo creerlo! Debe ser maravilloso que te conquisten de esa maner