Lara dormía plácidamente rodeada, una vez más, por los brazos de su amado, hasta que el sonido de su teléfono la despertó. Lo tomó para apagarlo rápidamente, para que Lucas no se despertara. Le costó llegar a él, pues los fuertes brazos del joven la tenían pegada a él y le quedaba lejos la mesa de noche. Ni miró el mensaje, solo quería evitar que su amado dejara de dormir. Volvió a su posición junto a él y como pudo, una vez más, volteó a verlo dormir. Estaba feliz. Más feliz que nunca. Volvió a dormirse, hasta que una colección enorme de besos y caricias la despertaron dulcemente. Respondió a todas ellas entre sonrisas, aunque sin poder abrir los ojos aun y de pronto se encontró sobre Lucas, besándolo mucho y con las manos en su rostro… LARA – ¡Buen día, mi amor! (dijo muy sonriente).