Continuación del Flashback. Amalia. Al día siguiente todo sigue con normalidad, voy a estudiar y a la salida Mario me está esperando. Corro hacia él y veo que tiene una caja con forma de corazón. —¡Hola, Mario! —digo mientras me acerco. —Toma, Amalia, es una disculpa por lo de ayer. Él se siente culpable cuando no tiene ninguna responsabilidad conmigo. —No te preocupes, Mario, entiendo que tú también tienes cosas que hacer. —Ya que piensas así tengo otra cosa que decirte. Él rasca su cabeza y se inclina un poco hacia mí, siempre lo hace cuando está nervioso. —¿Qué pasa, Mario? —Voy a salir del país con unos amigos, iré a Francia y nos quedaremos con mi tío Sebastián. —Está bien, entiendo, no te preocupes. ¿Por cuánto tiempo? —Por dos semanas, sabes que pronto entraremos