Amalia.
Después de ayudar a Larissa a tomar un baño, le ayudo a secarse y cambiarse. Ella se acuesta sobre mi cama y la cubro con las sábanas.
—Amalia, ¿por qué me miras así?
—Lo siento, pero quisiera saber el sexo de tu bebé.
—Es una niña —me dice.
Salto de la emoción.
—Creo que tú estás más emocionada que yo, Amalia.
—Como no estarlo, tendrás una pequeña tú.
—No creo que el mundo esté preparado para otra Larissa —me dice— Ven aquí y danos amor.
Ella extiende sus brazos y no puedo decir que no, esto me recuerda cuando hacíamos pijamadas.
Me acuesto a su lado y la abrazo.
—Te quiero, mi nerd.
—Yo también, Larissa.
Sebastián entra a la habitación, es extraño no lo escuche llegar.
—Hola, Larissa, que bueno que estés aquí. Amalia, fui al hospital porque quería estar con us
