Sebastián. Espero a que Alessandro confiese todo, si lo hace lo acepto y le daré las gracias por cuidar a mi pequeña y respetarla, además de que mi pequeña casi abusa de él. Tengo más miedo de lo que pueda pasarle a él. Él tartamudea y sé que está nervioso, no lo entiendo. No lo estoy juzgando, pero, ¡¿por qué diablos tiene miedo?! Era un asesino y criminal, sabe pelear y usar muchas armas perfectamente. —Sebastián, solo estoy nervioso por irme, no quiero dejarlos. Estoy decepcionado en este momento, mi pequeña lo estará más. —¿Eso era todo, Alessandro? Pensé que me dirías algo más grave. —No. Sebastián, pidamos algo para desayunar. Comemos y platicamos, realmente estoy decepcionado. —¿Pasa algo, Sebastián? Estás muy frío, ¿dije algo que te molesto? —Para nada, es solo que est