Elena
No sé cuánto tiempo hemos estado en este lugar, solo sé que me he reído como nuca y lo mejor de todo es que mi odioso jefe ha dejado por un momento de serlo, se ha reído, ha gritado, se ha carcajeado y lo ha hecho a mi lado, no con una de sus rubias, o con alguna otra mujer efímera, ha sido conmigo.
Lo miro al fondo, sus ojos azules están fríos sobre mí, su semblante es serio, y de pronto se asoma esa sonrisa torcida mientras oprime el acelerador del carrito chocón, me trata de chocar pero lo esquivo con agilidad y le sonrío con victoria , miro como sus ojos se llenan de brillo mientras me persigue con su carrito, lo esquivo de nuevo, si señor, yo también puedo manejar un carrito chocón, al final, lo choco por detrás y miro como sus cabellos se despeinan por el movimiento, me rio
