DAMIAN Llego a mi casa con una sonrisa pintada, bajo a mi taller y saco una cerveza de la nevera, tomo un trago mientras recuerdo a la Srta. Molina, nunca me imaginé que fuera así, tan tierna en su vida personal, ella es muy reservada, es la mujer más inteligente y eficaz que he conocido, no sabía que viviera con su abuelita, que la cuidará y se preocupará por ella. Está tarde me ha hecho olvidar por un momento que necesito una esposa, una perfecta esposa. Algo se ilumina dentro de mí, la Srta. Molina es una excelente mujer de negocios, y hoy me di cuenta que también es una buena nieta, tal vez ella pueda ayudarme, no confío en nadie más, ella y yo podemos hacerlo, podemos tener esa presidencia y nadie sospechara. Pero ¿cómo? si se lo propongo seguramente me rodara los ojos y me mandar