[DIEGO] Puedo sentir su cuerpo, como sus caderas se mueven lentamente en círculos mientras juego con mi lengua, se aferra a la sábana como si su vida dependiera de ello y eso me excita más. Con el pretexto de que el aire acondicionado estaba muy bajo y tenía frío a las 5:00 am he decidido quitárselo de la mejor manera que se me ocurrió y la verdad tenía que desahogar las tremendas ganas que tenía de ella. Escuchó como susurra mi nombre entre gemidos y una de sus manos se cuela hasta mi cabello y lo jala suave solo como ella lo sabe hacer. — Diego, me voy a venir – me dice bajito mientras el movimiento de sus caderas se acelera para, después, escuchar lo que amo que salga de su boca, un gemido que anuncia la increíble ola de placer que siente en ese momento y que me contagia a mí. Valle