Capítulo 2. Ajustando cuentas.

1849 Palabras
Al día siguiente cuando Clarisa salió de la universidad, platicaba con sus amigas mientras caminaba al estacionamiento, hablaban de tonterías y reían, cuando de pronto Clarisa miró a ese hombre recargado en un elegante auto, él no la había visto aún, y algo dentro de ella, se alteró de inmediato. —Olvidé algo, nos vemos mañana— dijo ella, aprovechando para dar media vuelta y huir. ¿Qué hacía él aquí?. Tal vez, era mera coincidencia, Clarisa trataba de calmarse, de no pensar que estaba aquí debido a la nota que le había mandado, ¿Cómo había dado con su universidad?, ¿Por qué había venido?. —Hey Clarisa, nos vamos juntos, si quieres te llevo. La chica miró a uno de sus compañeros de clase y negó rápidamente. —Traje mi auto—Dijo ella. —Entonces vamos a comer algo, vamos en mi auto. —¿Puedes decirme si sigue ahí?—Preguntó ella. —¿Quién?—Preguntó aquel chico mirando como Clarisa se escondía detrás de un letrero de la universidad. —En el estacionamiento, un tipo de traje, alto, guapo…lo vas a ver de inmediato si aún sigue ahí. —¿Por qué te escondes?. Clarisa casi pegó un grito al ver a ese tipo justo parado a su lado, tan tranquilo como si la hubiera visto desde que salió, ¿Acaso la vio?. Definitivamente no estaba aquí por casualidad, la estaba buscando a ella, tenía unos hermosos ojos aceitunados que con la luz del sol daban el reflejo de ser grises. Clarisa se enderezó y se aclaró la garganta, ya no había razón para esconderse, se acomodó el cabello y respiró hondo, de cerca, el tipo robaba el aliento. —Buenas tardes, no me escondía, se me cayó un pendiente y lo estaba buscando—Dijo ella fingiendo buscar algo en el suelo. El compañero de Clarisa se aclaró la garganta, haciendo que Ashton lo mirara, un muchacho insignificante que trataba de concluir algo, era patético ante los ojos de Ashton, en cuanto a ella, le debía una explicación sí o sí. Hoy, ella usaba un overol de mezclilla azul y una camisa blanca, se veía demasiado encantadora, inocente, pero él sabía que era una chica de cuidado. —¿Un pendiente único en el mundo?—Preguntó Ashton volviendo su vista a ella, la noche que la vio, ella usaba un vestido de noche y maquillaje que la hacía ver más mayor, pero usando ropa casual y un rostro limpio, ella se veía como una joven de 18 años. —No, ¿Qué cosas dice?, vamos Brandon, se nos hace tarde—dijo Clarisa tomando la mano de su amigo para salir huyendo, pero de pronto Ashton la sujetó de la mochila haciéndola detenerse. Ella lo miró un poco aterrada y Ashton puso un semblante sombrío. —Me debes algo— Exigió Ashton sin intenciones de dejar aquel asunto, había sido humillado por una universitaria, a su edad, eso era difícil de tolerar. —¿Clarisa, conoces a este tipo?—Preguntó Brandon, el chico que seguía en aquel lugar, tratando de comprender que pasaba, miraba a Ashton y sentía un poco de celos, se podía ver que Ashton ya era todo un hombre, bien vestido, bien parecido, no podía compararse con un universitario que dependía aún de sus padres. —No, no lo conozco— dijo Clarisa dándose cuenta de que no habían sido presentados. —Señor, por favor suelte a mi amiga—Dijo Brandon. —No te metas en asuntos que no te corresponden—Advirtió Ashton de mal humor. —Ella ya dijo que no lo conoce y… —Ella me conoce bastante bien, tan bien que inclusive se atrevió a burlarse de mi, ¿No es así?—Preguntó Ashton mirando fijamente a la pobre chica que no sabía donde meterse. Clarisa se enderezó y levantó el mentón. —Tiene razón, pero fue su culpa en todo caso. —¿Mi culpa?. —Si, aceptaré sus disculpas y dejaré este asunto, que tenga buen día— dijo Clarisa. Ashton no podía creerlo, una chica con ese rostro tan inocente y bello, era un monstruo descarado. —Llamaré la seguridad del campus — dijo Brandon al ver que aquel tipo no soltaba a Clarisa. Ashton la soltó y Brandon se sintió satisfecho, defender a la chica que le gustaba lo estaba haciendo elevar su ego. —Bien, ya no voy a exigir una disculpa— dijo Ashton relajando sus hombros. —Hablaré con tu padre, apuesto a que él se disculpará por ti, después de todo, es él quien quiere una sociedad conmigo— dijo Ashton dando media vuelta para irse. Clarisa abrió los ojos como plato, empezo a entrar en pánico, sabía que Ashton era un tipo de negocios, y sabía que su padre había ido aquella reunión para buscar inversionistas para su empresa, ¿Y si Ashton decía la verdad sobre que su padre quería una sociedad con él?. —Espera—Dijo ella rápidamente sujetándolo de la mano, sentir el calor de aquel hombre le provocó cierta fascinación, además de que tenía manos grandes y suaves. Ashton por otro lado, casi sonrió al sentir la desesperación de la chica y aquella mano tan suave y frágil sujetándolo de un modo tan arrebatado. —¿Qué le parece si lo invito a comer y hablamos?, aquí hay mucha gente— dijo Clarisa soltándolo al ver que se había detenido, Ashton la miró de reojo y enarcó una ceja. —Está bien—Respondió y continuó su camino hacia su auto. Clarisa hizo un puchero y maldijo para sus adentros, disculparse no era algo que ella hiciera muy seguido. —¿Clarisa, te irás con ese tipo?—Preguntó Brandon sin saber que hacer. —Si, no tengo otra opción, no te preocupes, nos vemos mañana— dijo ella apresurándose a seguir a ese hombre. —¡Oye…! Mientras que Ashton caminaba hacia su auto, las universitarias se quedaban estáticas observando a semejante caballero, él usaba un traje que le quedaba a la perfección, el cabello bien peinado hacia atrás y unas gafas de sol qué le daban el toque perfecto. Además de que su auto resaltaba en aquel estacionamiento. Clarisa se daba cuenta de cómo las mujeres lo observaban, no era para menos, ella misma tenía la vista fija en esa espalda ancha y en esos pantalones de vestir ajustados qué la hacían volar su imaginación, el traje ejecutivo se veía muy bien en él. No entendía porque un hombre así seguía soltero. Ashton, como todo un caballero, abrió la puerta para ella, la miró subir y se apresuró a subir en el lado del piloto. Clarisa se puso el cinturón de seguridad y respiró hondo. —¿A dónde vamos?—Preguntó él mientras se acomodaba el cinturón. Clarisa sonrió al pensar en un buen lugar y puso el GPS. —Ahí— dijo ella señalando con su dedo la pantalla de su teléfono. Ashton no preguntó más, solo condujo. El trayecto no fue tan largo, llegaron en menos de diez minutos, pero al entrar en el estacionamiento, Ashton frunció el ceño al ver a donde habían llegado. Miró a Clarisa y ella solo enarcó una ceja mientras sonreía de forma malvada. No era un lugar al que Ashton iría, pero no le molestaba, así que sin decir nada, solo estacionó el auto. Clarisa bajó con una emoción evidente, mientras que Ashton solo observaba a la chica, ella parecía llena de energía, la siguió sin decir nada y al entrar, todos los presentes lo miraron como si fuera un bicho raro. Habían llegado a un McDonald’s, Ashton se sintió ligeramente incómodo, siguió a la chica hasta el mostrador y de inmediato dos empleadas se pelearon por atender a la hermosa pareja, pero ambas chicas tenían la vista fija en Ashton. —Bienvenidos…¿Qué van a ordenar?. —Para mí una hamburguesa doble de guacamole y para ti…¿Una ensalada?—Preguntó Clarisa de forma seria, pero ambos sabían que se estaba burlando. —Lo mismo que ella—Respondió Ashton. —¿Y de tomar?—Preguntó la empleada sin apartar la vista del caballero. —Una soda de manzana y para ti…¿Agua?. Ashton uso toda su fuerza de voluntad para no reírse, ella en verdad quería molestarlo. —Lo mismo por favor. Fueron a sentarse a una mesa después de ordenar y solo hasta entonces, ambos se miraron fijamente. Clarisa estaba fascinada con aquel espécimen delante de ella, esa piel ligeramente bronceada y esos ojos que en la sombra se tornaban cafés claro. —¿Y bien?—Preguntó Ashton observando los labios de la chica, ella tenía una piel tan limpia que él tenía muchas ganas de acariciarle el rostro. —Usted está buscando una disculpa, pero yo creo que estamos a mano. —¿Siempre sueles ser tan descarada?. —¿Siempre suele ser tan acosador?—Preguntó Clarisa rápidamente devolviéndole el ataque. —¿Acosador?. —Inclusive investigó donde estudiaba, ¿Eso no es acoso?. Ashton relajó los hombros y estudió la situación por unos segundos. —Si, me debes algo. Clarisa suspiró. —Bien, lo lamento. —No es suficiente. —¿Quiere que le bese los pies?. A Ashton le resultaba divertido que le contestara de ese modo, usualmente la gente le respondía de forma cordial. —Eres demasiado insolente. Clarisa sonrió algo ofendida. —¿Sueles ser así con todo el mundo?—Preguntó él. —Solo con la gente pomposa—Respondió ella. —Es gracioso que seas tú quien lo diga, una chica mimada que cree que todos le deben algo. —No me conoce. —Ni tu a mí. —Solo mírese, usando esos trajes costosos y, ¿qué es eso?, ¿Un rolex?, ¿Y ese auto?, todos nos damos cuenta que tiene dinero, no es tan misterioso como cree, más bien parece…, presumido. —Este traje no es por lujo, es mi uniforme de trabajo, tengo reuniones importantes con gente importante, ¿Qué debería de usar?, ¿Un overol?. Clarisa se miró a si misma. —¿Ahora se burla de mi?. —Lo vez, eres tú quien me ataca primero, y la que termina sintiéndose ofendida. Clarisa se cruzó de brazos y acomodó su cabello. —Ya dije que lo siento, no le pedí que me comprara esas peinetas, es por eso que se las devolví, déselas a su esposa. —No tengo esposa—Aclaró él. —Me pregunto por qué— dijo ella con sarcasmo. —El tipo que estaba contigo, ¿Es tu novio?. —Por supuesto que no, no tengo novio. Ambos se miraron fijamente hasta que una empleada llegó con sus hamburguesas, había sido más rápido de lo que Ashton esperaba. Clarisa olvidó al tipo frente a ella y empezó a comer, se moría de hambre, mientras que Ashton solo la observaba con atención. Una chica como ella, debía de tener muchos pretendientes, de algún modo, lograba ser demasiado llamativa, inclusive para él.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR