Pasan algunas horas y cuando me siento más tranquila bajo a la cocina, me pongo a ver la televisión cuando tocan la puerta, al abrir me sorprendo porque es Aitor. —Aitor si vienes a discutir es mejor que te vayas no estoy de humor. —No, te juro que no es eso ¿puedo pasar? —Adelante. Entra y se sienta en el sofá. —Quiero pedirte una disculpa, la verdad es que si me hice ilusiones contigo y de alguna manera pensé que tú también sentías algo por mi. —Aitor yo en ningún momento te ilusioné. —Lo sé, pero quiero que seamos amigos, te prometo que no me voy a meter más en tú vida. —Esta bien Aitor, te lo agradezco. Se pone de pie. —Me permites darte un abrazo. —Claro. Me da una abrazo y justo en ese momento se abre la puerta y entra Kiliam. —Buenas noches Sr. Wallace. Kiliam le cont