Diego
Después de dejarle arena nueva, comida y agua a Benito Bodoque, salimos del piso para dirigirnos a las afueras de la ciudad donde viven mis padres. Esta vez el viaje es mucho más sencillo y alegre que la última vez que lo hicimos. Esta vez no hay nervios ni temores, Valle va feliz, sabe que mi familia la acepta y que así como su familia me dio la bienvenida, la mía hará lo mismo con ella.
Debo confesar que muero por ver a mi madre y abrazarla, convivir con mis hermanos, escuchar los consejos de mi padre, pero primero debo darle a Valle la sorpresa que tanto le he estado prometiendo y al parecer ella también tiene una para mí, no sé cómo le ha hecho, pero, yo también estaré sorprendido.
Después de un tiempo, llegamos al lugar y comienzo a meterme entre los diferentes caminos que nos llevan donde están los viñedos. Mi esposa ve por la ventana y sonríe al ver la gran variedad que hay y los campos llenos de ellos. La última vez que Valle vino a Mendoza era verano, ahora el invierno está aquí y está curiosa de ver lo que este clima le puede ofrecer.
⎯ ¿Dime que iremos a esquiar?, no tengo ni idea de cómo se hace, pero, me gustaría ⎯ me pregunta contenta.
⎯ Te prometo que iremos, aunque, también hay una piscina templada donde pasaremos todo el día de mañana ahí, corazón ⎯ le adelanto parte de mi sorpresa.
Valle abre los ojos, asombrada ⎯ ¿Piscina templada?, perfecto, porque tengo un nuevo traje de baño que mostrarte ⎯ me contesta, para después gueñirme el ojo.
⎯ ¿Qué está pasado contigo?, el titán y luego el traje de baño, creo que la Valle de San Diego se quedó allá y fue otra la que voló a Mendoza ⎯ le bromeo.
⎯ No lo sé, ¿qué tal si lo descubrimos más tarde? ⎯ me pregunta coqueta, para después reír.
⎯ Créeme que lo haré ⎯ le digo con la voz más sexi que puedo hacer.
Ella se acerca a mí y me besa para después acomodarse en mi hombro. Me alegra que Valle y yo lleguemos a Mendoza en buenos términos, así podremos disfrutar de este tiempo a solas, hubiese sido una lástima venir peleados. Entonces, mientras estoy disfrutando de este momento, mi celular suena y en el radio del auto veo ese nombre que solo me hace rabiar.
⎯ ¿Sam? ⎯ pregunta Valle.
⎯ No contestaré, Valle ⎯ le digo y cuando voy a colgar ella presiona el botón para contestar.
⎯ Yo me encargo ⎯ dice, antes de que la llamada se conecte.
⎯ ¿Diego? ⎯ escucho la voz de la que, desgraciadamente, sigue siendo mi asistente.
⎯ ¿Sam? Lo siento, mi esposo no está disponible, está ocupado cumpliendo con su agenda, vuelve a llamar el lunes ⎯ responde Valle de inmediato para después colgar. ⎯ Ahora así, apágalo porque si vuelve a sonar y veo su nombre te juro que...
Entonces lo apago antes de que termine la frase, lo menos que quiero es que ella se moleste por culpa de Sam, sobre todo después de todo lo que se dijo ayer en la noche.
⎯ Como usted diga señora ⎯ le murmuro en el oído y le doy un beso en la frente.
Después de la situación que casi nos arruina el día, continúo manejando hasta que llegamos al lugar de la sorpresa. Detengo la camioneta en frente de una casa, la que compré unos meses antes de que Valle viniese para acá.
Mi esposa voltea a verme y luego por la ventana y al entender el mensaje, expresa ⎯ ¡No!, ¿es en serio?
⎯ ¿Por qué no bajas a comprobarlo? ⎯ le contesto.
Entonces, Valle abre la puerta y baja de la camioneta emocionada, como si fuese niña pequeña.⎯ ¡No lo puedo creer! ⎯ me dice, al caminar hacia la entrada.
⎯ Bienvenida a su casa, señora D'Angelo ⎯ hablo, mientras me quito las gafas de sol y le cierro un ojo.
Valle me toma de la mano y expresa ⎯ ¡Entramos!
⎯ Vamos...
Abro la puerta y al entrar vemos una hermosa casa de dos pisos, con una sala bastante grande con sillones tapizados en blanco, una pequeña terraza que da a un jardín con la piscina templada y bajo techo y una maravillosa vista a las montañas.
⎯ Era verdad lo de la piscina.
⎯ Claro y si quieres podemos estrenarla hoy por la noche, ya te dije que es templada.
⎯ Me encanta la idea.
⎯ Pero, la piscina no es la sorpresa, corazón ⎯ le aviso mientras ella me sonríe ⎯ ven conmigo ⎯ le invito, para tomarla de la mano y entrar a la cocina que he diseñado para ella.
Tan solo damos unos pasos, la pierdo. La enorme cocina se despliega ante nuestros ojos, completamente equipada, con todo lo que ella necesita para crear y cocinar. Cuando le dije a la corredora que quería una cocina grande y mi hermano después comprobó que si lo era, jamás pensé que impactara tanto.
⎯ Creo que estoy enamorada ⎯ me dice Valle, mientras recorre cada esquina del lugar. ⎯ Pasaré mi vida aquí – bromea. Después corre hacía a mí y salta para que yo la cargue, mientras enreda sus piernas sobre mi cintura.
⎯ ¿Te gusta?⎯ le pregunto.
⎯ ¡Me encanta! Gracias, Topi, te mereces un festín lleno de chocolate ⎯ y me besa.
⎯ Eso espero, ¿quieres ir a ver la parte de arriba? ⎯ le sugiero.
⎯ Sí, pero primero, me toca darte mi sorpresa, ¿estás listo? ⎯ me pregunta. Ella se baja y me toma de la mano ⎯ Le dije a tu hermano que lo acomodara en el sitio que él pensara ideal, así que, supongo que debe estar por aquí.
⎯ ¿A mi hermano?, ¿te comunicas con mi hermano? – pregunto sorprendido.
⎯ Así es, y con tu hermana, no eres el único que está en el w******p de la familia ⎯ y se ríe. Caminamos un poco más hasta que abrimos dos puertas que llevan a una habitación que supongo es bastante amplia por el tamaño de estas ⎯ ¿Estás listo? ⎯ me dice feliz.
⎯ Vamos mujer que muero de ansias ⎯ Le apresuro.
Valle y yo comenzamos a bajar unas cuantas escaleras, hasta que llegamos a un cuarto oscuro que tan solo ella prende las luces, me hace sonreír.
⎯ ¡Voilà!⎯ expresa con felicidad y ante mis ojos veo una enorme vinoteca, llena de botellas de diferentes vinos que, al parecer, fueron previamente seleccionados.
⎯ ¡¿Esto es verdad?! ⎯ le pregunto sin poder creerlo.
⎯ Así es, ¿recuerdas que te prometí que te regalaría una en diciembre pasado? Pues aquí lo tienes, es todo para ti. La verdad, la que vimos en la tienda se me hizo muy pequeña, así que me puse de acuerdo con tu hermano y te diseñamos una. Posiblemente, gaste todos los ahorros de mi vida y tendré que trabajar día y noche para recuperarlos, pero todo lo hago por ver esa cara de bobo que tienes ahora ⎯ me comenta.
Me acerco al lugar y saco una botella para verla, la toco por un momento, y luego le echo un vistazo al lugar, es tan como yo lo soñé.
⎯ ¿No vas a decir nada?⎯ pregunta entre risas.
Yo, camino hacia ella, pongo mis manos en su rostro y le doy un beso. ⎯ Te amo Valle, en verdad te amo con todo mi ser. Eres la persona más sorprendente, hermosa, inteligente y única de la vida.
⎯ ¡Guau!, todo eso por una vinoteca.
⎯ No, todo esto porque en verdad es lo que siento ⎯ expreso ⎯ Muchas gracias, valió la pena la espera.
⎯ De nada, gracias por la casa, la cocina, la piscina y sobre todo por amarme tanto, Diego.
⎯ De nada corazón y más sorpresas vendrán luego. Pero ahora, ¿qué te parece si vamos a ver la parte de arriba? En unas horas debemos ir a casa de mis padres.
Valle me sonríe y yo acomodo sus gafas para ver mientras sus ojos verdes brillan ⎯ vamos Topi, que quiero saber dónde pasaremos esas noches que tanto éxtasis nos causan ⎯ me comenta.
Ella me toma de la mano y yo la sigo. Yo voy a dónde ella vaya, donde quiera ir y donde desee, lo hago todo, mientras los dos estemos juntos siempre.