Entre birras y chelas [Libro 2]

CAPÍTULO 27: Verdades

[Diego]

Medio día - La Rioja

Escucho golpes sobre la puerta de la habitación, por lo que me despierto de un salto. Volteo a ver a Valle, quien sigue profundamente dormida y yo trato de ubicarme. Al ver el reloj me doy cuenta qué es lo más tarde que he dormido.

De nuevo la puerta me alerta, así que me pongo de pie y voy a abrirla.⎯ ¿Sam?, ¿qué haces aquí? ⎯ murmuro cuando al verla de pie frente a mí.

⎯ Como era más allá del mediodía pensé que te sentías fatal por la noticia que acaba de pasar ⎯ dice con voz lastimosa.

⎯¿Noticia?, ¿qué noticia? ⎯ pregunto, y comienzo a imaginarme miles de escenarios, tal vez pasó algo en mi empresa.

Sam, indiscreta, se asoma un poco y ve mi cama. ⎯ ¡Oh!, creí que estarías más deprimido, pero veo que ya te recuperaste. Sí que eres rápido ⎯ aclama.

⎯ Dime que paso ⎯ le pido.

Sam sonríe. ⎯ Bueno, Valle se lo merece por traicionar tu confianza mientras estás en gira trabajando para darle una mejor vida.

⎯ ¿Valle?, ¿la noticia es sobre ella? ⎯ digo preocupado y a la vez curioso.

⎯ No sé si quieras saberlo ahora porque veo que estás ocupado, pero… ¡Ay Diego!, las sospechas que tenías de Valle y Salvatierra han salido a la luz.

Así, Sam toma su móvil y me enseña unas fotos de mi esposa y Santiago saliendo de nuestro departamento. Incluso noto que Salvatierra trae una de mis playeras y ella viene sonriendo.

⎯ ¿Cuándo se supone que fue esto? ⎯ digo curioso.

⎯ Hoy por la mañana ⎯ dice triste. ⎯ Lo siento Diego, pero te dije que a Salvatierra no se le iba ni una viva, pero también Valle, te dije que era muy coqueta.

⎯ Sam, esas fotos…

⎯ ¿Qué fotos? ⎯ escucho la voz de Valle atrás de mí y la cara de Sam es tan épica que es digna de una fotografía. Valle toma el celular que tengo entre las manos y las ve. ⎯ ¡Guau!, ese Jerry sí que sabe hacer lo suyo, pensé que le iba a costar, pero lo logró.

⎯¿Pero?, ¿cómo? ⎯ expresa Sam, sorprendida ⎯ ¡Qué haces aquí! ⎯ explota tal y como lo dijo María José.

⎯ Vine a visitar a mi esposo ⎯ y sigo viendo las fotos que le pedí a Jerry, que tomara ayer por la mañana a Salvatierra y a mí ⎯ y, ya que tengo tu celular en mis manos, veremos qué más trucos tiene la señorita Samantha bajo la manga ⎯ y comienzo a buscar en su celular.

⎯ ¡Oye!, eso es privado ⎯ comenta enojada.

⎯ Como mi relación con Diego, y no veo que estés muy ofendida cuando te metes entre nosotros. También, me atrevo a decir que tampoco te tocaste el corazón cuando te metiste entre él y María José y quien sabe entre cuántas otras más.

Entre lo que está diciendo Valle y la cara de Samantha todo empieza a encajar de inmediato. ⎯ Supongo que hay una explicación para todo, ¿no corazón? ⎯ le pregunto tranquilo.

⎯ ¡Claro que la hay!, pero no te la diré yo, te la dirá tu súper asistente porque hay algunas cosas que aún no me quedan claras y necesito que ella también me explique.

⎯ Yo no tengo nada que explicarte a ti ⎯ grita Sama enojada.

⎯ Pero a mí Samantha ⎯ respondo de igual manera.

⎯ ¡Ah! Lo encontré ⎯ interrumpe Valle de pronto. ⎯ ¿Sabías que la cuenta de Twitter que manda mis fotos es la de Samantha? ⎯ me comenta mientras me muestra de nuevo el celular y lo veo asombrado ⎯ y tiene una lista de rumores que puede crear sobre mí, el que más me duele es que digas que mi comida es una mierda, porque sé que nunca la has probado.

Samantha me arrebata el celular y explota de nuevo ⎯ ¡La odio! ⎯ grita ⎯ Te odio, Valle Sandoval, porque llegaste a meterte entre nosotros.

⎯ ¡Nunca hubo un nosotros, Sam! ⎯ le aclaro de inmediato ⎯ Y nunca lo hubiera habido. ¿Eso fue lo que hiciste con María José?, ¿separarme de ella?

⎯ El plan era que estuviéramos los tres, no que te enamorarás de ella, y luego ese viaje a Ibiza, donde conseguiste a la zorra de tu mujer…

Valle, sin contenerse, le da una bofetada en el rostro tan fuerte que hasta mí me duele; Sam comienza a llorar del dolor. ⎯ Nunca des nombre al lugar que quieres obtener, puede que lo consigas y te conviertas en lo que nombraste ⎯ le advierte para después sonreírle. ⎯ Puede ser que sea una zorra, pero soy la zorra de Diego D'Angelo, y tú ni siquiera aspirarás a eso, además estarás despedida después de esto.

⎯ Tú no me puedes despedir, no eres nadie ⎯ contesta Sam.

⎯ No, no puedo, pero el grupo legal de Diego, sí. Creo que ambas nos hemos subestimado, yo pensé que eras más inocente, y tú pensaste que yo no sabía del mundo que rodea a Diego, sería fácil que me levantaras falsos, pero nunca pensaste que vivir con 6 hermanos me iba a dar una gran ventaja, mi gran capacidad de convencimiento y negociación.

⎯ ¿De qué estás hablando corazón? ⎯ pregunto mientras sonrío y no sé por qué.

⎯ Que en el contrato de Sam dice que no puede levantar falsos que dañen tu imagen y tu persona o la de personas allegadas a ti ⎯ y en eso entra el cuarto y saca su celular de la bolsa ⎯ le tomé una foto a la cláusula, por si no lo recuerdas Sam.

Es obvio que Sam no tiene mucho que decir, de pronto todo lo planeado se ha ido a la basura, e incluso las fotos que venía a mostrarle a Diego se han convertido en nada. ⎯ ¡Nunca haría nada par dañar tu imagen Diego! ⎯ me ruega entre lágrima. ⎯ En verdad, todo estaba cuidado, solamente era para…

⎯ ¿Dañar la imagen de Valle? ⎯ le digo sorprendido ⎯ ¿Para meterme ideas tontas en la cabeza?, ¿fue lo mismo que hiciste con María José? ⎯ pregunto, sintiéndome culpable y estúpido a la vez.⎯ ¿Cómo pudiste si era tu amiga?

⎯ Pero, pero… bueno, al menos ahora que lo pienso María José te hubiera podido dar un hijo, no como ella que ni siquiera podrá hacerlo.

El comentario de Sam me hierve la sangre inmediatamente y en verdad no sé cómo reaccionar, ¿cómo supo que Valle y yo tendremos problemas para tener hijos?, ¿quién le dijo? Después recuerdo las innumerables veces que Valle y yo comentamos de eso en nuestro departamento y supongo que las paredes hablaron.

⎯ ¡Lárgate de aquí Sam!, no quiero volver a verte en mi vida y está vez es en serio porque haré todo lo que está en mis manos para que no vuelvas a trabajar conmigo ⎯ le advierto y ella sonríe.

⎯ ¡Nunca te vas a deshacer de mí Diego! ¡Nunca!, ¿entiendes? Valle no es nadie contra mí. Ella es solamente una oportunista que llegó a tu vida, porque te conozco, y sé que todo esto es una farsa, que pronto acabarás yéndote a otro lado y engañando como lo hiciste con María José. Porque Valle no es una señora, es una cualquiera que está vacía completamente por dentro y que no te podrá dar lo que deseas, y te vas a aburrir, y buscarás a alguien que te lo dé.

⎯ ¡Guarda silencio! ⎯ le grito, y solo porque soy un caballero no hago más.

Sus palabras son completamente hirientes, no solamente para la mujer que amo, sino para mí. Sé que engañé a María José con Valle y ni siquiera le pedí una disculpa apropiada, simplemente regresé y cancelé todo. No quiero pensar en este momento todo lo que Sam le pudo decir a ella sobre mí, todas las mentiras y engaños ya no sospecho, sé que ella está detrás de todo esto.

⎯ Tal vez yo no le pueda dar hijos a Diego ⎯ responde Valle seria ⎯, pero tú nunca le podrás dar nada de lo que él desea, porque en primera ni te desea a ti. Con permiso ⎯ finaliza y regresa a la habitación.

⎯ ¿Es en serio que estoy despedida?, ¿qué no viste las fotos? ⎯ dice Sam desesperada.

⎯ Las vi, y debo admitir que son muy creíbles y que la persona que las hizo es excelente, tanto que te engañó a ti, pero esta vez no lo hace conmigo. ¿Cómo pudieron ser tomadas esta mañana en Mendoza, si Valle llegó ayer por la madrugada a La Rioja? ⎯ y ella me mira.⎯ Hablaré en este momento con mi equipo para decirles que ya no estás trabajando para mí. Toma tus cosas y vete Sam, no te quiero cerca ni de mí y mucho menos de Valle.

⎯ Me las vas a pagar, ¿sabes? Todo lo que he hecho por ti, todas las cosas que te he tapado, ya no lo haré más, y todos los trapos sucios que te sé, los sacaré para que se den cuenta del tipo de persona que eres.

⎯ Hazlo ⎯ hablo decidido ⎯, hazlo y veremos si es cierto que es tan grave todo lo que «he hecho» ⎯ y le cierro la puerta en la cara.