Y precisamente de Eva y de Martín supe que continuaron con su matrimonio un tiempo más así como yo continué con el mío, solo que en mi caso lo hice feliz y compartiendo todo el éxito laboral que tenía y que jamás había soñado tener con mi mujer y mi hijo.
Pero también supe que, cansada de que la relación que Martín tenía con Carlota no terminaba y por ende ya no estaban en igualdad de condiciones para continuar con el acuerdo que habían hecho hacía tantos años, Eva comenzó a reclamarle sus salidas y, sumado eso a que ya no tenían la casa, los lujos ni el estatus que los había unido en algún momento, decidieron separarse de común acuerdo un año y medio más tarde con Alejandro como abogado de ambos en un procedimiento que apenas fue un trámite pues compartirían la tenencia de su hija sin n
