Al volver a Madrid, a Malena se le ocurrió organizar una fiesta en casa para celebrar, entre otras cosas, mi nombramiento como socio del Estudio y como asesor personal de su principal accionista. A decir verdad entre nosotros celebrábamos más el hecho de que por fin me había liberado de mis ataduras para amarla como se merecía y como cada vez sentía más que la amaba, pero eso era algo que quedaba entre nosotros, porque no teníamos necesidad de contárselo al mundo. Por lo demás, obviamente yo estaba muy feliz, pues mi trabajo es mi vida, y además del logro en sí me hacía muchísima ilusión celebrarlo con mi familia y mis amigos… ¡Yo seguía sin ser muy afín a las fiestas, pero no había dudas que Malena tenía un gran don para organizarlas y sobre todo para hacer que yo las disfrutara muchís