Al llegar a casa de Alejandro, él me estaba esperando con la cena lista y una botella de vino de Oporto que abriría dispuesto a escuchar el chisme completo que tenía para contarle.
Franco - ¡Bro! (pasando la puerta de su casa, al tiempo que él tomaba mi chaqueta para ponerla en el lugar destinado para eso)
La casa de Alejandro no parecía las típicas de los hombres solteros. Mucho menos la de los solteros que acostumbran a hacer fiestas multitudinarias con mujeres, como a las que he accedido a asistir recientemente… su casa, decorada de manera mega minimalista, siempre está limpia, prolija y con un exquisito aroma a vainilla. Tiene un gran gusto con los detalles… de hecho, siempre le digo que “su lado femenino” es el que le hace ser tan detallista. Además, le fascina cocinar y lo hace muy
