Madrid, 2009. Esa mañana era como otra cualquiera en la que no había pasado a buscar a Eva por la puerta de su casa, y por algún motivo que hasta el momento desconocía, era distinta a cualquier otra pues tampoco nos habíamos encontrado en la esquina, ni en el parque que le quedaba de paso. Esa mañana yo estaba en el campus desde muy temprano, estudiando con Manuel y Alejandro mientras esperábamos por las chicas para entrar a clases, aunque todavía íbamos sobrados de tiempo. Una media hora después que nosotros llegó Carla y para mi sorpresa, me saludó un poco seca y casi sin mirarme. Parecía algo nerviosa, aunque no le di demasiada importancia sino hasta que llegó Marta, y se mostró con la misma tesitura. Era muy extraña esa actitud en ellas, pues siempre me habían tratado como un amigo