Y es que ese amor que nos unía por dentro por alguna clase de hilo rojo del destino desde hacía ya cinco años cuando nos conocimos en la Universidad, se había vuelto ilegal hacía exactamente seis meses, cuando yo estaba preparando mi boda con Sofía.
Al día de hoy, no sabría decir a ciencia cierta si realmente hubiese terminado con todos los preparativos por Eva en caso de haberse decidido a divorciarse de Martín y a volver conmigo. Tampoco sabría decir si habría sido capaz realmente de acabar con mi matrimonio en caso de que ella fuera capaz de separarse de Martín después… pues si bien yo no amaba a mi mujer, era mucho el esfuerzo que ella hacía cada día por demostrarme su amor a pesar de saber que yo no podía darle lo mismo a ella.
Además, la realidad era que a pesar de que intentaba t
