—¡Oh William!— se dirigió a él con una sonrisa—que grata sorpre... Súbitamente el zar fue silenciado, vi su cuerpo tambalearse debido a un golpe sobre el rostro, quien que le habia proporcionado tal impacto habia sido William. —Aquel que tiene las agallas de llamar a mi reina una r****a, merece algo peor que la muerte— bramo William enfurecido apuntándole a la garganta con el filo de su espada. El zar lo miro desde el suelo y luego se llevó la mano a la boca, su labio superior estaba herido y al ver la sangre que habia brotado de esa pequeña herida le hizo mostrar una expresión fría y calculadora. —¿Te das cuenta de lo que estás haciendo?—refuto el zar indignado. —Lárgate antes de que decida arrancar tu lengua por insultar a mi reina—ordeno William enérgicamente, el tono de su voz reso

