Gael parece llevarse muy bien con su suegro, conversan, hacen bromas, y hasta han intercambiado nombres de libros. Yo ayudo a mi madre a llevar todas las cosas para la cena de fin de año a la terraza de la casa, y estoy intentando encontrar el momento adecuado para decirle que Gael y yo viviremos juntos. Sé que él quiere que vivamos en su piso, pero honestamente a mí me parece mucho más conveniente que nos mudemos a mi casa; es más amplia y me queda mucho más cerca de mi oficina. Supongo que es algo que tendremos que discutir cuando regresemos a España. —Hija, ¿todo en orden? — Pregunta mi madre irrumpiendo mis pensamientos mientras colocaba las copas sobre la mesa. La miro y asiento –Si, solo estaba pensando. — Me explico y continuo con mi tarea. —Ese chico te quiere mucho.— Dice de l