Algunos días después: 14 de enero Nunca pensé que la agenda de Gael sería tan alocada, mucho menos creí que tendría que leer tantas propuestas publicitarias y conversar con él acerca de cuáles quiere aceptar su empresa y cuáles no. Supongo que ser el dueño de una empresa de tecnología tan importante en España, y tener sus valores muy claros en cuanto puede y no puede hacer, ya descarta automáticamente muchísimas de estas propuestas debido al conflicto de intereses que pueda surgir. Son más de las nueve de la noche y sigo en el salón intentando encargarme de esto. Normalmente no me gusta traer trabajo a casa, pero en este caso es necesario si no quiero perder a mis clientes habituales de la agencia. —¡Amor!— Le escucho gritarme desde el baño y no tengo idea de que es lo que pueda haber