Al día siguiente: 10 de enero Intento levantarme de la cama para poder irme a duchar y luego a trabajar, pero su mano me detiene y hace que vuelva a caer sobre la cama. —¡Amor! ¡¿Qué haces?!— Exclamó entre risas cuando él me aprisiona contra su cuerpo. — Gael, debo irme a alistar para irme a trabajar. — Me quejo. Mi queja parece no tener resultado porque me aprieta más contra él. — Tú eres la jefa, puedes llegar cuando gustes. — Me dice como niño pequeño y nos cubre con la sábana — Quédate un ratito más conmigo. — Me pide y lo abrazo dándome por vencida. —Que tu no tengas ningún compromiso hoy, no quiere decir que yo no...— Me explico. —¿A las ocho de la mañana?— Me pregunta mirando el reloj que hay en la mesita de noche. —Vale, no tan temprano... pero, a las once tengo una reunión.—