Me da un último beso antes de entrar a casa de su familia para que cenemos todos juntos, y sonrió sobre sus labios. —Me haces sentir como una princesa. — Le confieso a pesar de lo cursi que suena esto. Ríe levemente, y me pega más a su cuerpo –Una princesa cuando estamos en público y...—Dice dejando la frase en el aire y rio. Me acerco a su oído –Y una fiera cuando estamos solos, espero que no te moleste mi bipolaridad. — Bromeo. Se aleja tan solo un poco para verme a la cara y entrecierra sus ojos mientras contiene su risa –Para nada, es que me encanta. — Confiesa y ahora soy yo quien le besa. —Abre ya.— Le pido y es casi una súplica para no arrepentirnos de haber venido. —Ya— Habla bajito. Muero cuando sonríe de lado y pone esa cara de niño travieso. Es difícil de explicar, pero me