Detalló a una chica desconocida ante sus ojos. Su manera de vestir era agradable a la vista y también su cuerpo atractivo, casi envidiable para Elena, sumándole aquella elegancia angelical. ¿Pero quién era ella? Al ver cómo Vincent suspiraba con irritación y entablaba una odiosa pero cómoda conversación, atrajo la curiosidad de Ela. La chica elevó una mano y la dejó caer sobre el rostro de Vincent, brindándole una amable y sorpresiva bofetada en su mejilla. — ¡¿Qué te pasa?! — gritó enfadado. Sin dejar de sonreír, ella dijo: — Por haberme ofendido. — ¿Acaso dije algo que fuera mentira? — arguyó él, acariciándose la mejilla herida. — ¿Acaso crees conocerme? — con aquella pregunta de contraataque, logró acallar el enfado de Vincent. Y luego de unos segundos, dirigió la mirada a la