Cuando Elena entró en a la facultad, tuvo la suerte que nadie se fijó en mí, ni se dieron cuenta de su nuevo vestuario, excepto de sus nuevos amigos, que la miraban con cara de sorprendidos. — ¿Como que has tardado tanto? ¿Y ese nuevo vestuario? — dijo Nath. — Un encuentro inesperado con las amigas de Lim Kim. — dijo en un pequeño suspiro. — ¡O no! ¿Quieres que les dé una paliza? Yo encantada. — dijo con una sonrisa maléfica. Le recordaba un poco a Elizabeth, sólo que con el porte maloso y rudo. — No, da igual. — dijo Elena, asustada de su sonrisa, sería capaz de dejarlas mal y no quería llegar a ese nivel. — ¿Y la ropa? ¿de dónde la has sacado? — dijo esta vez Teddie. — Pues me he encontrado por el pasillo a su hermano y me ha dejado esta ropa que tenía en su coche porque iba a dar