Dominic llego puntualmente a la puerta de la habitación en la que Abigail se estaba quedando, el hombre toco y ella abrió con una sonrisa en el rostro. –Hola – lo saludo de manera coqueta, batiendo las pestañas largas que estaban llenas de rímel color n***o. –¡Abigail, estás divina! – Dominic se acercó a ella y la tomo por la cintura, la atrajo contra sí y aspiró del aroma de ella que olía como a coco y a notas un poco florales, el perfume era dulce sin resultar empalagoso, tal como Dominic veía las cosas aquel aroma era igual de perfecto que ella – quisiera poder quitarte ese vestido a mordiscos y comerte completa, comenzando por… – comenzó a excitarla mientras le hablaba al oído. Por un momento Abi se dejó llevar por el sonido de la voz de Dominic contra su oído, sonaba provocativ