—A hora si díganme quien fue el que hizo todo este embrollo. –cuestiona Enzo un poco molesto. —¡Ella fue la que empezó! –me acusa. —Oye, no fue del todo mi culpa. ¡Él iba a morir! —Debiste dejar que muriera. —¡Abuelo! —¿Saben todo lo que acaban de hacer? Les puedo apostar que no tiene idea. —Por eso estamos aquí, para que nos diga que fue lo que realmente sucedió. Enzo niega con la cabeza y se levanta de la silla. Sale del comedor y al principio pienso que se irá y no nos dirá nada, pero luego regresa con una hoja blanca y una pluma. Se sienta frente a mi y dibuja dos puntos en el inicio de la hoja. —Cada punto representa a uno de ustedes, ¿si? —Incluso siendo un punto son sexy. –asegura Daem y Enzo le sella los labios literal. —Y calladito te ves menos odioso. Prosigamos. Dhara