—Realmente eres tú. –murmuro embelesada mientras suelto sus manos.
Error.
En cuanto Daem tiene las manos libres van directamente a mi cuello azotandome contra la maldita pared. Estoy empezando a odiarme.
Sus ojos cambian de color como aquella tarde, todo lo que está sucediendo el día de hoy me hace recordar aquella tarde cuando lo besé por primera vez.
El aire comienza a faltarme, mis poderes tal parece que se han ido y no puedo hacer nada. Volví a ser aquella Dharani llorona que llegó a la cuidad de las flores otra vez. Asustada, herida y sin poderes para defenderme del hombre del que estoy enamorada.
Mis ojos comienzan a cerrarse y mi vientre arde, alcanzo a tocarlo y noto que la humedad empapa mi mano, el color carmesí mancha mi piel. Estoy muriendo y el fruto del amor que le
