—¿Qué vamos a hacer con ese hombre? –cuestiona Alena mirando a Darius. —Solo hay que esperar a que despierte y ya. ¿Levai, puedes ayudarme a leer el manual ya? —Eso intento Dharani pero lamento decirte que no todas las hojas pueden leerse. —¿De qué hablas? –digo caminando hasta él solo para darme cuenta de que realmente tiene razón. Las hojas que vi aquella primera vez llenas de indicaciones y reglas ahora están en blanco, a excepción de las primeras dos. —No puede ser, ¡maldita sea no puede ser! ¿Ahora como voy a saber que demonios soy? Esto era la única esperanza que me quedaba. —Tranquila Dharani. Ya encontraremos la manera de descubrir lo que necesitas saber. —¡No tengo mucho tiempo! Tú mejor que nadie sabe que el tiempo en esta situación corre mucho más a prisa que en cualqu