UNA PROMESA.

2600 Palabras

El llanto a medianoche me hace remover y abro ligeramente los ojos para encontrar a Ian poniéndose de pie para tomar a una de las niñas. Salgo de mi letargo cuando el segundo llanto me alerta. —Iré por los biberones —habla en voz baja mientras coloca a las niñas sobre la cama y deja la habitación. Asiento estando más dormida que despierta. Había decidido darles a mis hijas leche materna, pero con la ayuda de una tira leche por recomendación del pediatra. Eso nos ayudaría mucho a que ambos la pudiéramos alimentar; además, de tener un suplemento debido a que estoy dando a dos niñas y no es suficiente. Me pongo de pie con algo de dificultad y tomo lo necesario para un cambio de pañal. Regreso a donde ambas mueven sus extremidades mientras lloran un poco menos. Quién diría que estas dos

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