Los días posteriores han sido los mejores hasta ahora, pero también debo admitir que aún tengo miedo de que Fernando corra. Él lo sabe y por eso me deja claro cada día que no irá a ninguna parte. Por otro lado, Gino corto todo contacto conmigo y aunque me sentí mal por lo que hice, creo que tampoco era justo que me casara con él, no después de mi noche con Fernando. Esta noche es especial, Fernando me ha invitado a una cena con sus amigos, no es que nunca antes les haya visto, Dios, uno de ellos es mi jefe; no obstante, nunca compartí con ellos en un ambiente fuera de la oficina y me aterra. —¿Acabaste por hoy? — Levanto la vista y parpadeo al encontrar a Fernando. Le doy una sonrisa suave. —Sí, solo deja que apague esto —murmuro señalando el portátil. Lo hago y recojo mis cosas.