María — ¿Puedo pasar? – digo y abro lentamente la puerta de su oficina, Max está sentado visiblemente molesto, me mira con frialdad y yo siento mis piernas como gelatinas — Pensé que estarías comiendo con tu amiguito – dice Max con tono seco — No es lo que crees –digo sin aliento, Max se levanta y queda frente a mí — ¿A no?, entonces, ¿no está tratando de conquistarte para llevarte a la cama? – dice Max sarcásticamente y se cruza de brazos — A mí no me interesa – digo tratando de controlar mis nervios — Si, se nota – dice Max irritado — ¿Qué quieres decir? – digo molesta — Si vino hasta aquí es por algo – dice Max mirándome fríamente — ¿Piensas que yo le di alas? – digo aturdida — No se María – dice Max molesto — Claro que no, yo no le dije que trabajaba aquí, no sé cómo se ent