Ben “Inténtalo” aún tenía el maldito mensaje. Si lo que deseaba era llamar mi atención para que pusiera todas mis energías en atraparlo, lo había conseguido, no descansaría hasta atrapar a ese jodido hijo de perra. No volvería a suceder, en la ciudad solo quedaba un banco y pondría a cada policía fijo en él. Esto lo había vuelto personal, una verdadera cacería, algo de lo que el lobo en mi se alegraba. Hace tiempo no me sentía con esta adrenalina, este deseo de atrapar y encerrar a alguien. De eso se había encargado este delincuente, de convertir esto en una competencia por ver quien era más inteligente. Mi escritorio cubierto de papeles y carpetas sin importancia, esta ahora reemplazado por toda la información que pude recaudar de dicho edificio. No era la suficiente, pero algo