Nika No entendía como este maldito hombre podía ser mi padre, una cosa era que me golpeara o insultara a mi, pero otra muy diferente, era que lo hiciera con Dylan. En cuanto escuche como se quejaba del dolor, no me importo que entre él y yo corriera la misma sangre, quería que se arrepienta por lo que le hizo, por lo que me hizo y por la situación en la que nos ponía ahora. Cuando alguien me alejo de mi padre, el maldito ebrio, que no dejaba de carcajearse como si fuera una situación divertida, aproveche para voltear y ver a mi compañera, quien estaba siendo socorrida por una mujer. Soltándome del hombre que me sostenía, me acerque a ella. -¿Estas bien? Por favor Dylan, dime que este maldito no te lastimo.- ya me sentía lo suficientemente culpable, si fuera algo grave, no se como po