Después de la plática con Tita, David Canarias “se avispó” como dicen en México, y antes de que ocurriera el primer viaje de ella, planeado para dentro de una semana, comenzó a ser el esposo que su amada necesitaba, uno que sabía Tristán Ruíz de Con no había sido, ya que a él era al que le tocaría quedarse en casa, por lo que no sólo necesitaba entender como vivir en México, si no también como hacerse una vida en ese país y sobre todo, no aburrirse o pasar la vida pensando que Fernández estaría casi todo el tiempo con su esposa, mientras él vivía encerrado en ese colorido piso, por lo que se hizo una rutina, una que pudiera llevar a todas partes cuando se mudara con Luz por algún tiempo a otros lugares de México donde ella tenía que viajar a tomar fotografías. Así, comenzó a levantarse t