—¿Cómo que Sabina se perdió? — le preguntó Tristán a su hija preocupado mientras dejaba las bolsas a un lado y volteaba para todas partes.— María Julia, si ya sabes que Sabina es traviesa ¡Por qué no la tomaste de la mano! — Le regañó. —Fui yo.— Admitió Robert.— Sabina era mi responsabilidad y yo la dejé ir. —No, fui yo.— Interrumpió Maria Julia. —¡Déjense de estar echando la culpa! Y mejor hay que buscarla.— Interrumpió Manuel quien empezó a armar estrategias preocupado.— Bien, Robert y David van y la buscan por allá.— Y señaló una calle. —Yo y David padre iremos por el otro lado. —Vale. —Ainhoa y mi padre irán a la dulcería de regreso y la buscarán por ahí y Maria Julia, Fatima, Luz y mi mamá se quedarán aquí. —¡No! Yo quiero ir a buscarla.— Reclamó María Julia. —No, tien