—¿Estás seguro que esto es buena idea? —Preguntó de nuevo Manuel mientras iban apenas caminando derechos por la calle directo al piso. —Soy tu padre, siempre tengo razón... —Claro que no.— Contestó Manuel.— Esa vez cuando te dije que no comieras sandía con leche fue la peor decisión de tu vida ¿recuerdas? En eso Tristán comenzó a reír a carcajadas al acordarse de la vez que lo hizo y sentía que moría en aquel baño en Acapulco. Los dos David contagiados por la risa hicieron lo mismo sin saber porqué. —¿De qué reímos?— Preguntó David hijo, provocando que todos estallaran en una carcajada que retumbó por toda la calle. —¡Ay no sé! ¡No sé! Estoy muy borracho...— Dijo Tristán entre risas dejando caer las flores. —¡No! Las rosas...— Contestó David padre tratando de tomarlas del suelo