David y su padre, salieron directamente del piso en el Centro para caminar hacia una de las tantas cafeterías que se encontraban sobre la calle. Cuando encontraron una que les agradara, entraron para instalarse en una de las mesas del fondo, lejos de los comensales para poder hablar tranquilos. Ambos pidieron un café, y aunque David moría de hambre, no pidió absolutamente nada para acompañarlo ya que aún traía el estómago sensible de su tour gastronómico en San Cristóbal. El mesero les dejó el café con una cesta de pan dulce y cuando estuvieron solos David padre lo vio. —¿Estás bien?— Preguntó. —¿Por qué lo preguntas? — Le respondió David Canarias. —Sé que eres doctor pero no eres de piedra, así que me gustaría saber ¿cómo te encuentras? —Me encuentro, que es lo importante papá