—N-no—expresó Alba con voz nerviosa y apenas audible, gesto qué causó intriga en Rosalba. —¿Cómo que no?—cuestiono Rosalba tratando de ocultar emoción en su tono de voz porque intuyo después de todo lo que le había revelado su amiga qué no estaba del todo orgullosa de lo que había hecho, pero era imposible para ella no sentir orgullo e incluso un poco de envidia de Alba—¿No te despidió? —Creí que lo haría, pero...no lo hizo—expresó Alba mientras en su cabeza repasaba todo su día y el como el licenciado Olmedo técnicamente había ignorado el hecho de que se habían acostado. —¿Será qué...?—menciono Rosalba para después hacer una pausa y guardar silencio mientras en su cabeza meditaba y sacaba su propia conclusión—¿Será acaso qué le gustaste? —No digas tonterias—dijo Alba un tanto molesta

