A SU LADO

789 Palabras
Al día siguiente: 18 de diciembre Ha sido una noche larga, ya que Caeli paso toda la noche luchando con la fiebre, pero afortunadamente ha amanecido mucho mejor. Coloco la taza de té y las tostadas sobre la bandeja y luego voy hacia su cuarto. —¿Caeli? —pregunto al entrar al cuarto y no verla en su cama. —Estoy acá —la escucho decir y pronto se abre la puerta del baño. La veo salir y noto su mirada perdida. —¿Estás bien? —pregunto preocupado y no pronuncia palabra—. Caeli, ¿Qué ocurre? —presiono cuando ella se sube a la cama y se acuesta abrazándose a la almohada. —Siento que se me va a caer el mundo encima —expresa y respira hondo. —Eres una mujer fuerte, estoy seguro de que pronto te sentirás mejor —murmuro sentándome en el borde de la cama después de dejar la bandeja sobre la mesita de noche. —Kian —pronuncia mi nombre y se reincorpora sentándose en la cama. —Dime… —Tengo miedo —me confiesa y ni siquiera me mira a la cara. —¿Miedo de que? —De todo, de no tener a mi papá, de no poder hacerme cargo de todos los negocios, de que… —expresa y hace una pausa—. De que ese test de embarazo de positivo —concluye en un susurro. —No quería preguntarte de eso, pero ayer lo mencionaste —digo con un poco de vergüenza. —No quiero tener un hijo de él —me dice triste y vuelve a llorar. —Tranquila, ya verás como todo saldrá bien —digo acercándome un poco más a ella y la abrazo mientras que la escucho llorar desconsoladamente. —Kian, no quiero tener un bebé suyo ahora… no puedo perdonarlo por lo que me hizo —continua. Acaricio su cabello y solo espero a que ella se calme un poco, pero no creo que eso suceda pronto. —Va a estar todo bien, yo estoy aquí ¿sí? —le dejo saber, aunque sé que esto no será suficiente para que ella se tranquilice. De a poco ella se separa de mi abrazo y me mira a los ojos como si estuviera tratando de encontrar algo en ellos. —Sabes, estoy empezando a creer que mi papá te contrato no solo para que cuides a nuestro ganado y caballos —comenta y me sorprende cuando roza mis mejillas con la yema de sus dedos. —Caeli… —trato de advertir ante su cercanía. —No te voy a besar, tranquilo… solo que empiezo a creer que mi papá sabía muy bien lo que estaba haciendo, él te trajo para ayudarme en todo esto que me espera —continua y agacha su mirada—. No puedo ni siquiera ir a buscar ese test… tengo miedo —confiesa. —¿Quieres que lo busque yo? —averiguo y asiente levemente. —Por favor —me pide y ahora soy yo quien coloca sus manos en el espacio entre su barbilla y su cuello para que me mire. —Tranquila, todo estará bien pase lo que pase —digo a pesar de que ni siquiera yo estoy seguro de que esto sea así. —Te espero acá —susurra y puedo darme cuenta de lo nerviosa que esta ante la forma que tiemblan sus manos. Al entrar al baño y ver esa prueba de embarazo sobre la encimera, los recuerdos más felices y tristes vuelven a mi mente. Ese día que Aria me dijo que cabía la posibilidad de que estuviera embarazada fue el día más feliz de mi vida, pero aquel resultado negativo tiro al suelo todos nuestros sueños y luego de eso no tuvimos tiempo para volverlo a intentar. Tomo la prueba sin mirar el resultado, salgo del baño, y me acerco a ella para dársela. —¿Quieres verla tu? —averiguo y niego. —Por favor decime vos —me pide y si bien me resulta un poco incomodo, miro la ventanita del resultado y la veo a los ojos. —Negativo, no estas embarazada —pronuncio sin rodeos y por primera vez en todos estos días la veo sonreír. —Por fin una buena noticia, te juro que no quería un hijo de él… no quería que nada me uniera de nuevo a ese tipo —expresa aliviada y para mi sorpresa se para encima de la cama y se acerca a mi para abrazarme tal y como si le hubiese salvado la vida. No sé como reaccionar, pero sé que me necesita y lo único que puedo hacer ahora es ayudarla con lo que haga falta.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR